Monday, April 24, 2006


C’ est la vie!

Les debe parecer absolutamente extraña esta fotografía de don Isaac Newton, pero lo cierto es que nunca imaginé que a mis años terminaría aprendiendo la física newtoniana o para ser más exacta “La segunda ley de Newton”.
Todo se remonta a la semana pasada cuando estando en cama, con la niña enferma suena mi teléfono. ¡Quien cresta será a esta hora y en día de mierda!
Era la secretaria de mi escuela disque habían llamado del Instituto de Física de la UACh solicitando una niña con buena dicción, creativa y con aptitudes teatrales. Mich!, ni siquiera había tirado currículum por ninguna parte, me había conformado con mi turnito de laborante en el laboratorio de computación de la escuela, pero no estaban de más unos morlacos demás…



Al día siguiente partí muy temprano hasta el laboratorio a saber más del asunto y por qué diablos un físico requería de una niña “actriz amateur”. -Hola mi nombre es Yesica, soy la niña de Periodismo que le designaron en mi escuela-.
Don Jorge Santamarina, el físico me miró con curiosidad. Luego de analizarme me preguntarme mi edad con su acento argentino preguntó. ¿Y bueno Sheesica es obvio que en estos años en la universidad no haz tenido este tipo de ramos, pero dime, qué recordás de esta?
- EEE mm, empecé a guatiar pesao y le dije masa volumen densidad es lo único que sé, pero nada más….
- ¿Qué acaso no te hizo vibrar con la física tu profesor del colegio?
- MMN NO, la verdad es que traté de olvidarlo todo… me iba pésimo, aprobaba el ramo con nota 4.0 gracias a las poesías que recitaba en los actos externos que organizaba el profesor, -pensaba para mis adentros.

Como si adivinara mis pensamientos el octogenario académico me invitó hasta el pizarrón (de tiza, nada de blackboard) y empezó de 0 a explicarme el porqué del desplazamiento de los objetos, las fuerzas que actúan sobre él y cuántos newton podría pesar mi cuerpo tomando en cuenta que 1 newton es igual a casi 100 gramos y si lo multiplico por metros pasan a ser joules; es fascinante…
Luego de eso me mostró los libretos, una especie de radioteatro de la física que yo debía dramatizar y capturar en audio para que sus bioquímicos aprendan las leyes de Newton de una forma más didáctica. ¡Este profe está loco!, pensé. Pero bueno, le designaron a la “más cuerda” de toda mi escuela.

Resumiendo, ganaré 18 morlacos mensuales por jugosiar con la física

Thursday, April 20, 2006


"Un mal despertar"

De todas las historias que les he contado en este blog sin duda que esta es una de las más penosas y marginales. Todo empezó con el tenporal de la noche del martes. A las 10, cuando me fui a la cama recién había comenzado a llover. Pensé esta será una noche deliciosa- es que a me encanta dormir con lluvia en mi cama con plumones con pluma de ganso que yo misma conocí y ayudé a alimentar en el campo- en la que dormiré a pata suelta. Estaba yo en mi más hermoso sueño cuando de pronto siento como una "aguita" en mi cara. Debe ser una sensación extrareal del sueño pensé entre el más allá y el más acá, pero no esas gotitas seguían y seguían. Abro los ojos, no lo puedo creer, es una gotera que cae sobre mi cara. Para cuando vengo a desperezarme conpmetalemente la maldita ya me ha empapado la cara y toda mi cabecera. Que horror! em piezo a llamara a mi mamá como una niña para que me solucione el problema y ella no encuentra nada mejor que llegar con un balde para que lo acomode sobre mi cabeza y siga durmiendo, pero atrapando las gotas de agua. ¿Estás loca! ¡cómo pretendes que siga durmiendo en estas condiciones esto es indigno y marginal!!! Bueno es lo que hay no más, al rato se me ocurre que puede ser buena idea correr el catre y dejat el mentado balde en el piso, me resulta por un rato, pero el viento es traicionero y ahoras las gotas empezaron a salpicarme nuevamente en la carita., wua, tratao de dormir un momento, al rato siento una manito en mis espalda y una vocecita en mi oreja, era la ñiña.. "Mamá quiero vomitar", ¿pporqié le pregunto tratando de filosofar a las cuatro de la mañana porqué una niña de cuatro años puede querer vomitar?. Me duró 15 segundos el análisis metafísico cunado la vocanada de salivas irrumpió en el sector aún inmaculado de micama. Agarré a la cabra por donde pude y la llevé al baño a que termine su ritual del vómito... Uff que sea algo pasajero no más, no tengo plata para colectivos y llevarla al consultorio! Lindo mi despertar

Tuesday, April 11, 2006

Terminé de leer el libro. Dirán que soy floja, que para 400 páginas siete días es demasiado, pero sucede que me estaba haciendo la loca. Buscaba interrupciones porque en el fondo no quería terminar este libro. De alguna manera fui parte de esa terapia colectiva en que estas mujeres samaban ese desamor. Me sirvió de mucho a dejar de lado la inocencia, que me hacía pensar cosas imposibles en este mundop real... Pamelita debe entender mis palabras. Pero fui buena paciente. Floreana estuvo tres meses y yo en tan solo siete días he logrado sanar esta pequeña herida.Me siento grande,libre. Para contextualizar un poco más "esto" me permito utilizar esta fotografía de Chiloé. Es cierto que tenía muy malos recuerdos de esa Isla, pero este libro todo lo ha cambiado. Estoy pensando replantearme muchas cosas.

Friday, April 07, 2006

Hoy vine al Diario a entregar mi hojita de evaluación de práctica, me mostraron unas fotos tan lindas... como no alcancé a comprar un cd para llevármelas toditas, me conformo con subir esta de ese último día de despedida...
Mi amiguita Pame, dice que no le favorece, pero al contrario a mi me encanta. Siento que por primera vez no estoy posando y el lente me captura tal como soy , una chica inocente..

Wednesday, April 05, 2006









El ALBERGUE DE LAS MUJERES TRISTES
Estoy leyendo este libro espectacular de la gran Marcela Serrano. Un lugar remoto en la ISLA GRANDE DE CHILOE, al cual van las mujeres a sanarse después de haber sido mal amadas. ¿Se puede ser mal amada? Una falacia, lo que me tocó vivir me enseñó que no existe aquello de ser “mal amada”, “te quiero un poco”, “te quiero un poquito” “o no te quisieron nunca”…

Me habría gustado de todas maneras ir a parar a ese albergue, pero ese lugar remoto sólo existe en la narrativa de la talentosa Serrano, por mientras yo me conformo con teclear mi soledad en un blog que cada vez está leyendo más gente, no tengo idea por qué, si ni siquiera se cómo linquear la dirección de mis más cercanos.

Volviendo al desamor; la verdad es que me siento un poco abandonada. El 20 de agosto de este año cumplo cuatro años sin sexo. El padre de mi hija se fue huyendo como alma que lleva el diablo, supuestamente a la Isla de Chiloé, nunca regresó, debe ser que este libro me recuerda un poco aquello, pero de que tendría que haber ido a sanarse él, si le entregué todo, hasta mis ahorros, pero eso es otro asunto más lamentable del que no quiero detallar ahora. El tema es el desamor.
Los años 100 por ciento dedicados a la maternidad me endulzaron la vida, pero me endurecieron como hembra. Dejé de brillar, comencé a pasar desapercibida ante el resto de los mortales. Los primeros años de vida universitaria siempre llenos de fiestas y tomateras, fueron una tortura para mi nueva ocupación; ser madre. Iba a las fiestas con buzo y zapatilla, es que mi función era cuidar baños, sacar muchachos borrachos de los pasillos del gimnasio teja 1 y constatar que todo marche en perfecto orden. Llegaba a mi casa a las seis de la madrugada, congelada, con mis pechos a más no poder de leche, casi rompiéndose los tejidos, por el alimento que la niña no se había tomado en la noche, pero con cinco mil pesos para andar en micro la próxima semana.

Recuerdo una noche en el Copaddísimo, cuando me hice tres lucas de propina, más lo que me correspondía por noche, le compré a la niña un tarro de leche Nido, ballerinas y una que otra cosa; nada para mí. Y así siguió siendo, no me di un respiro. Cuando mis amigos me invitaban a cumpleaños y fiestas no quería ir, me sentía culpable de gastar 700 pesos en un colectivo para nada. No encontraba sentido a esa entretención superflua producto de un par de copas, es que pensaba que si lo hacía le estaba fallando a mi hija, nunca me permití gozar…

Y así pasó con los hombres. Entre correrías de aquí para allá nadie fue capaz de verme. ¿Quién se iba a fijar en esa niña chascona y mal vestida que sólo tenía en mente estudiar y ganar dinero para comprarle cosas a su hija?
Me sequé por dentro, no vi más allá y cada vez fue peor.
EL OLVIDO
Tres meses fuera de casa y del ambiente universitario me sirvieron para dejar de lado aquella fijación por ser la madre perfecta y amargada. Aprendí que no es malo de vez en cuando pensar en uno mismo, darse un respiro ¿y porqué no ir a un happy tour?, bailar con desconocidos y hasta emborracharse con un par de tequilas bien preparados…
Eso sí, pasó tanto tiempo, que no pude sacarme esa coraza, ese estigma de madre y mujer pulcra,- los hombres, los de verdad, esos todavía no me ven-.